La amplia retrospectiva ‘Un mundo construido: Polonia 1918-1939’ muestra, hasta el 15 de mayo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, las aportaciones de la vanguardia constructivista polaca en el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales. A través de un conjunto de piezas procedentes de los fondos del Museo Sztuki de Lodz, y los Museos Nacionales de Varsovia, Cracovia y Wroclaw, además de colecciones particulares, se analiza la influencia en la cultura de ese país de los movimientos artísticos internacionales —tales como el futurismo, surrealismo, suprematismo, construtivismo o la Bauhaus—, que en ocasiones tiene su origen en la estrecha colaboración de artistas polacos con otros como Picasso, Calder o Delaunay, los cuales realizaron obras para la Colección de Arte Moderno de Lodz. Comisariada por Juan Manuel Bonet y Paulina Kurc, la exposición colectiva reúne pinturas, esculturas, fotografías, además de obras de diseño gráfico —carteles, libros y revistas— de artistas fundamentales de la vanguardia polaca como Wladyslaw Strzeminski, Katarzyna Kobro, Henryk Stazewski o Hiller Karol (Kompozycja II), que se han conservado sobreviviendo al turbulento siglo XX que vivió Polonia.
