(1930-2003)

Fue un crítico sin pelos en la lengua. Impulsadas por la ética más que por la estética, las ácidas críticas de arte de Pierre Restany se dirigieron durante los años sesenta contra la política cultural de Francia, contra el conservadurismo de los conservadores y contra la superficialidad de los museos, siendo no obstante un gran embajador de la creación francesa y participando en los debates teóricos a través de su vinculación con el Nuevo Realismo. Le petit livre rouge de la révolution pictural y Livre blanc de l’art total son fruto de sus reflexiones sobre las estructuras sociológicas del arte contemporáneo en torno al 68. Durante los años setenta y a través del contacto con artistas como Dani Karavan y de arquitectos como Alessandro Mendini, los intereses de Restany se fueron orientando hacia el urba-nismo y las relaciones entre el objeto artístico y el objeto seriado en la sociedad posindustrial. Nacido en Casablanca, educado en París y enamorado de Milán, Restany murió de un ataque al corazón a los 72 años y dejó un ingente legado escrito, en el que también destacan Une vie dans l’art, sus trabajos sobre Yves Klein y sus numerosas colaboraciones en las revistas Ars, de la que fue director, y Domus.