La primera vez que tuve noticia de LAN fue a través de un libro, en algún momento de 2014. El libro era Traces, la primera monografía dedicada a los arquitectos, y, conforme avanzaba lentamente por sus páginas, me sentí impactada por su arquitectura. El libro era en sí mismo un objeto elegante y pesado, y se alejaba con frescura del modelo de los libros con tapas brillantes que empezaba a proliferar por entonces. Producía una sensación de moderación y control, así como de valentía para romper ese orden. Con su modo de alternar constantemente las páginas en blanco y en negro, los proyectos y los textos, la investigación y la reflexión, el libro revelaba las contingencias del trabajo cotidiano. Proponía una forma de conocer la obra de LAN a lo largo de un camino que partía de y llegaba a ideas que eran a la vez grandes y pequeñas, disciplinares y personales. LAN había ya construido algunos de los proyectos fundamentales en los que se cifraba su reputación en Europa y más allá: la residencia de estudiantes en la calle Pajol, en el distrito xviii de París (2007-2011); el Archivo de EDF en Bure, Francia (2007-2011); las Neue Hamburger Terrassen en Alemania (2008-2013); y el gimnasio y la plaza pública en Chelles, a las afueras de París (2008-2012). Traces daba cuenta de estos proyectos y del complejo proceso de creación que había conducido a ellos...[+]