Libros 

Pensar por capas

Dos historias de la ciudad

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Pensar por capas

Dos historias de la ciudad

Eduardo Prieto 
31/12/2012


Escribir que la ciudad es como un palimpsesto es ya un lugar común. Sin embargo, el símil sigue resultando eficaz, pues las urbes admiten, en efecto, muchas lecturas superpuestas y ensayadas desde enfoques tan diversos como complementarios. De ahí que la historiografía sobre la ciudad consista, realmente, en un arte de leer y de interpretar, es decir, en una suerte de hermenéutica.

Los dos libros aquí reseñados tienen diferente carácter, pero comparten su ambiciosa vocación interpretativa. El primero de ellos es un clásico, y fue compuesto por Lewis Mumford, sin duda uno de los grandes críticos de arquitectura del siglo XX, pese al olvido parcial que, sobre todo en España, ha sufrido en las últimas décadas su obra. La ciudad en la historia, publicado por primera vez en español gracias a la joven editorial Pepitas de Calabaza (que también ha reeditado otras obras señeras de Mumford, reseñadas ya en estas páginas), es un libro de aliento épico. A lo largo de sus 1.160 páginas da cuenta de lo que, a juicio de su autor, es el mayor invento de la civilización humana, respondiendo a preguntas tan relevantes como difíciles —¿Qué es la ciudad? ¿Cómo surgió? ¿Qué procesos promueve, qué funciones desempeña, qué propósitos cumple?— desde un enfoque holístico en el que las cuestiones políticas y religiosas se entreveran con las sociales, las técnicas y las medioambientales, y todo desde la singular perspectiva de Mumford, cuyo irrenunciable humanismo se agradece aún más en nuestros tiempos.

También se agradece que el libro esté ilustrado con bellas imágenes glosadas por su autor (que, lamentablemente, por mor de compaginarlas con sus jugosos comentarios, resultan muy pequeñas respecto de las de las ediciones inglesas), y que la prosa de Mumford, muy bien traducida, sea tan ágil y exacta cuanto moderna, habida cuenta de que el libro fue publicado por primera vez en 1961. El tiempo no ha pasado tampoco por los argumentos de este texto imperecedero que, no en vano, comienza con el ejemplo de una ciudad concebida simbólicamente como un mundo y termina con el de un mundo convertido ya en ciudad, anticipando así nuestra globalización.

El segundo de los libros reseñados, La ciudad: inscripción y huella, es fruto de un enfoque menos centrado en lo técnico y político que en lo antropológico. Influida, sin duda, por la perspectiva de Richard Sennett y, sobre todo, de Joseph Rykwert, su autora, Marta Llorente —profesora de Antropología de la Ciudad en la ETSAB— explica, en las casi trescientas páginas de un libro por lo demás sobriamente ilustrado y diagramado, la sucesión de ocho escenarios urbanos agrupados en dos partes que corresponden, a grandes rasgos, a la ciudad antigua y a la moderna. Entre ellos, destacan los dedicados a la urbe cristiana —con sus pertinentes menciones a la Inquisición y, en general, a la exposición pública del castigo— y los que tratan la relación entre la literatura y lo urbano, así como la imaginería de la devastación de la ciudad moderna, aspectos todos ellos sobre los que la historiografía hasta el momento ha pasado más bien de puntillas, pero que son una capa elocuente de ese palimpsesto que es la historia urbana. 


Libros reseñados:

La ciudad en la historia

Sus orígenes, transformaciones y perspectivas

La ciudad: inscripción y huella

Escenas y paisajes de la ciudad construida y habitada, hacia un enfoque antropológico de la historia urbana

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