(1927-2002)
Dejando una obra inexorablemente ligada a la arquitectura española de la última mitad del siglo XX, el ovetense Pedro Casariego falleció el 8 de septiembre en Madrid, la ciudad en la que obtuvo el título de arquitecto en 1953 y donde dos años más tarde fundaría su estudio junto a Genaro Alas. Formando parte de esa generación que en los años sesenta pudo adentrarse en la modernidad sin la lacra del academicismo ecléctico, juntos firmaron algu-nas de las obras que incorporaron el racionalismo al horizonte de la capital, como la desaparecida fá-brica de café Monky (1960) y el edificio Centro (1965). El conjunto residencial Los Olivos (1965) y el colegio mayor Elías Ahuja (1968), ambos en Madrid, dan cuenta de sus escarceos con un organicismo matizado, puesto también a prueba en la su propia casa de Aravaca (1967). Con las envolventes reflectantes de los edificios Windsor y Trieste, el estudio dejó su sello en Azca, corazón financiero de Madrid. Justo enfrente, la galería del Ministerio de Fomento acogió en 1995 una exposición que resumía sus años de ejercicio. Y el Colegio de Arquitectos de Madrid le dedicó otra antológica en 2002, inaugurada pocos días después de su muerte.