Necrológicas 

Paolo Soleri

30/04/2014


1919 - 2013

Trabajando junto a Wright en esa especie de taller y conventículo que fue Taliesin West, el turinés Paolo Soleri descubrió dos cosas: que el desierto de Arizona le apasionaba, y que no estaba de acuerdo con la fascinación de su maestro por los automóviles. Estos dos hallazgos marcarían su trayectoria. Corría 1947, y después de volver por un tiempo a Italia, donde fundaría Solimene —una empresa de cerámica basada en técnicas no contaminantes—, Soleri acabaría volviendo, acompañado esta vez por su mujer y sus dos hijas, a Arizona, donde se afincaría definitivamente. Allí estudió la arquitectura tradicional de barro, y aprovechó sus conocimientos sobre cerámica para poner en marcha una serie de proyectos visionarios: ciudades compactas y peatonales alternativas al entonces unánime sprawl. La más ambiciosa de todas ellas, Arcosanti, comenzó a levantarse en 1970 al calor de las tesis sobre la ‘Arcología’ (arquitectura y ecología) expuestas por Soleri en plena eclosión del jipismo. En su construcción participaron 7.000 aprendices, procedentes de 35 países y reunidos en una comunidad de acólitos a la manera wrightiana. Hoy, Arcosanti sigue viva: es allí, bajo el cielo de Arizona, donde descansan ya los restos del maestro.


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