Palladio y la modernidad
La influencia interminable del maestro renacentista
«Et Vignole —enfin— est foutu! Merci! Victoire!». La arquitectura moderna se anuncia señalando la superación de la arquitectura histórica y de su símbolo más poderoso, la columna. Significativamente, es Vignola, el representante más prominente de la enseñanza de los órdenes arquitectónicos, quien tuvo que pagar por ello. Le Corbusier no se revolvió tanto en contra de la columna, que siguió utilizando en forma de pilotis, sino fundamentalmente en contra de la doctrina a la que se vinculaba. François Blondel había fundado en 1671 en París la Academia de Arquitectura sobre la base de los órdenes arquitectónicos y, en especial, sobre la teoría de la arquitectura clásica de Vignola, cuyo objetivo era el establecimiento de un sistema de reglas lo más fidedigno posible. La institución que siguió a la Academia de Arquitectura, la Academia de Bellas Artes, fue objeto de una lucha encarnizada por parte de Le Corbusier, en especial en su libro Croisade ou le Crépuscule des Académies (Cruzada o el crepúsculo de las academias), de 1933. Sin embargo, una mirada más atenta permite reconocer puntos de encuentro: una ordonnance, un sistema generador de orden, basado en la proporción y la armonía, es el objetivo tanto de Blondel como de Le Corbusier, e incluso del conservador Umbdenstock, académico atacado por Le Corbusier... [+]