Metrópolis africanas

Un recorrido por seis geografías

David Adjaye 
31/10/2011


El autor en las pirámides de Meroe (Sudán)

Mi estudio sobre las capitales de África, desarrollado a lo largo de una década, ha partido de una clasificación en seis regiones: el Magreb, el desierto, la región subsahariana o Sahel, la sabana, la selva y las montañas. Cada zona tiene un clima y una vegetación diferentes, así como una historia y una cultura propias. La tesis de mi estudio es que las características de cada región han tenido una influencia decisiva tanto en la arquitectura como en el urbanismo. Este hecho resulta especialmente evidente en las capitales de los países comprendidos en dicha clasificación.

El Magreb, la región situada entre el Mediterráneo, la costa del Atlántico y la cordillera del Atlas, goza de inviernos suaves y lluviosos, y de veranos calurosos y secos, y está poblada de praderas y bosques. Las zonas desérticas africanas están emplazadas a ambos lados del ecuador, entre los 15 y los 30 grados de latitud; son muy secas y están azotadas por fuertes vientos y abrasadas por altas temperaturas que impiden el crecimiento de la vegetación. Por su parte, la región subsahariana o Sahel (que significa ‘costa’ u ‘orilla’) está constituida por una franja semiárida dispuesta en el borde sur del Sáhara; excepto en la temporada de lluvias, la zona es muy seca y, dependiendo de la estación, la vegetación puede estar seca o verdear. Situada tanto al sur del Sahel como en las zonas noreste y suroeste del continente, la región de la sabana presenta precipitaciones escasas y temperaturas cálidas, dándose así las condiciones para el crecimiento de extensos pastizales, que conviven con árboles desperdigados por el territorio. Situada a lo largo de la cuenca del río Congo y en gran parte del África occidental, la región selvática africana es la más extensa del continente y presenta precipitaciones frecuentes, unidas a altas temperaturas, que alimentan una gran masa de bosque húmedo, siempre verde. Finalmente, las zonas montañosas forman una columna discontinua que se despliega desde el noreste al sureste de África; la lluvia depende allí de la altura, mientras que las temperaturas son relativamente frescas, generándose así las condiciones de crecimiento de pastizales y bosques. El relato que sigue sobre la arquitectura y el urbanismo de cada región, extraído de mi reciente libro Adjaye Africa Architecture, parte precisamente de estas premisas geográficas...


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