Tres intensos días de debates y conversaciones, un lugar de encuentro entre profesionales, estudiantes y agentes sociales, una plataforma para el acercamiento mutuo entre arquitectura y sociedad; el Congreso Internacional ‘Arquitectura: más por menos’ celebrado en junio de 2010 en el Baluarte de Pamplona ha ofrecido a sus asistentes un conjunto de voces y enfoques variados, muchas veces distantes en lo conceptual y lo geográfico, sobre aspectos como el poder de la arquitectura, su función como cobijo, su respuesta a la demanda de eficacia, su relación con el placer, o qué es lo que hoy la disciplina puede prometer. Entre los ponentes, el gancho mediático lo ponía la coincidencia de tres premios Pritzker: Renzo Piano, Jaques Herzog y Glenn Murcutt, pero quienes realmente sorprendieron y tocaron el corazón del público fueron los representantes de países ‘periféricos’, arquitectos más jóvenes, como el colombiano Giancarlo Mazzanti, el chileno Alejandro Aravena o el burkinés Diébédo Francis Kéré, quienes trabajan con muchos menos medios materiales en contextos de gran precariedad y con resultados hermosos y dignos. Las conclusiones, en este tiempo de crisis de modelo, fueron esperanzadoras y serán recogidas en una publicación con las aportaciones de los ponentes y relatores (arriba, de izquierda a derecha, Juan Miguel Hernández León, Slavoj Zizek, Giancarlo Mazzanti, Diébédo Francis Kéré, Anne Lacaton, José Miguel Iribas, Glenn Murcutt, David Chipperfield, Mark Wigley, Luis Fernández-Galiano, Ángela García de Paredes, Francisco Mangado, Javier Conde, Vicente Verdú, Estrella de Diego, José María Fidalgo, Antón García Abril, Llàtzer Moix y Carlos Jiménez).