La espiritualidad, la trasmutación de género, la identidad sexual o el posicionamiento político de profesores y alumnos pueden parecer cuestiones menores cuando se trata de evaluar el legado de una escuela tan influyente como la Bauhaus. ¿Son tan sólo sus diseños, sus obras artísticas o incluso sus edificios los que pueden transmitir su herencia hoy? Elizabeth Otto contesta con un rotundo no. Y lo hace mostrando facetas inusuales de la personalidad de los Bauhäusler con numerosas pruebas de archivo, así como un exhaustivo análisis de la bibliografía de la Bauhaus producida hasta bien entrado el año de su centenario.
Algunos de esos aspectos, según descubre Otto, fueron las indagaciones espirituales que maestros y discípulos incorporaron a su trabajo, incluso a partir de 1923, cuando el programa de la Bauhaus subrayó aspectos más tecnológicos. Otras cuestiones puestas en valor por la autora son el perfil emprendedor de algunas de sus mujeres, que contribuyeron con sus contratos y con el control de producción de muchos diseños a gran parte de la financiación de la escuela; o la existencia de un número sustancial de queer Bauhäusler, con una creación cultural cambiante de acuerdo a las distintas condiciones de su identidad sexual. La volatilidad del ideario político imperante es también materia de profundo estudio. El contraste del activismo de profesores, alumnos y exalumnos comunistas con el de aquellos otros de perfil más conservador —junto a sus muchas veces paradójico comportamiento— muestra la complejidad de una institución condicionada por muy distintas circunstancias políticas durante una existencia de tan solo catorce años.
Haunted Bauhaus consigue ampliar el enfoque a través de nuevos y matizados puntos de vista. Con una interpretación de los hechos fundamentada en abundantes fotografías inéditas, el último libro de Elizabeth Otto logra traer al centro del discurso las aportaciones relegadas a los márgenes.