Al poco de concederse un Pritzker sin sorpresa ni riesgo se ha anunciado otro de los grandes galardones de la disciplina, el León de Oro de la Bienal de Venecia, que en cambio celebra la trayectoria off limits y hasta ahora algo ignorada del nigeriano Demas Nwoko. Autodenominado ‘artista-diseñador’, esta doble condición resume bien su poliédrica labor a lo largo de setenta años, y asimismo recalca la estrecha definición de arquitectura que lo ha dejado al margen todo este tiempo: una deuda que quiere saldar la comisaria de la mostra, la ghanesa-escocesa Lesley Lokko, con un pionero del arte moderno africano y un alarife que, sin educación formal pero hábil combinando técnicas vernáculas y actuales, abandera la arquitectura de su país.