Actualidad 

La revitalización de Muharraq

Perla en bruto

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La revitalización de Muharraq

Perla en bruto

01/05/2024


Izda: Anne Holtrop, Museo de Perlas Siyadi © Guillermo Solana. Dcha: Anne Holtrop, Zoco Qaysariyah © Anne Holtrop

Bizet ambientó Les Pêcheurs de perles en la exótica Ceilán, pero bien podría haber elegido otra isla del Índico para situar los escarceos de sus buceadores: Baréin, base de un ancestral mercado de aljófares —ya se mencionaba en textos asirios— que fue el pilar de la economía local hasta el auge petrolero de la segunda mitad del siglo XX. Pese al declive, el país sigue siendo un orgulloso recolector de perlas naturales, más escasas y por ende más valiosas que las llamadas perlas cultivadas, aquellas en cuya formación dentro de los moluscos interviene el ser humano, lo que acelera el proceso y aumenta las existencias. Beneficiándose de sus aguas poco profundas donde abundan los bivalvos, la ciudad de Muharraq floreció con este comercio en el siglo xix, no lejos de la capital, y testigo de ello es un casco donde todavía se alzan algunos almacenes, lonjas y residencias de los mercaderes que controlaban el negocio. En 2012, diecisiete de estos edificios fueron declarados patrimonio de la humanidad, lo que animó a la Autoridad Cultural del país a poner en valor la tradición perlífera local hilvanando un recorrido por este conjunto que a su vez dinamizase el centro urbano.

En el plan ha tenido un relevante papel Noura Al Sayeh, directora del departamento estatal de Arquitectura, bajo cuyos auspicios se emprendió una cuidadosa rehabilitación del núcleo histórico, merecedora en 2019 del Premio Aga Khan (véase Arquitectura Viva 218). Al tiempo consciente de que la ciudad no podía convertirse en un vestigio fosilizado, la también arquitecta ha supervisado el desarrollo de intervenciones contemporáneas, que en muchos casos han logrado atraer hasta este rincón del Golfo al talento internacional: de Valerio Olgiati, que firma el grave centro de visitantes (Arquitectura Viva 219), a Christian Kerez, con cuatro aparcamientos de fluidas formas (Arquitectura Viva 263), pasando por OFFICE, responsables del mobiliario urbano a lo largo del itinerario callejero y de un velado centro de música (AV 232). A ellos se suma Anne Holtrop, un neerlandés radicado en Baréin de cuyos muchos proyectos entre manos ya se han completado la ampliación del zoco y la restauración de la antigua casa solariega de una de las familias próceres de Muharraq, con un exquisito majlis ahora convertido en museo de igualmente exquisitas perlas.


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