Un apilamiento casual de contenedores hace soñar a muchos arquitectos con edificios. Es como el juego de ver siluetas reconocibles en los contornos de las nubes. Esto sólo no justifica la edificación con contenedores, pero este tipo de edificios puede ofrecer soluciones válidas en determinados casos al tener cualidades que le aportan valor más allá de las modas.
Es obvio que la arquitectura con contenedores reutilizados es sostenible, reciclada y reciclable. Desde una industrialización realista, reduce drásticamente la huella ecológica de la construcción al incidir con sencillez sobre el más grave problema a medio plazo de la humanidad: el binomio recursos-residuos. Además, al tratarse de un material amortizado y por tanto de bajo precio, puede reducir considerablemente el coste de la edificación. Desde estas premisas, sería posible realizar todo un edificio público con el presupuesto de la maqueta de proyecto de un arquitecto estrella...