La loba capitolina vuelve a la Gran Vía madrileña
La talla de bronce que campeó sobre el antiguo Hotel Roma hasta los cuarenta vigila de nuevo las alturas. Bajo sus pies abrirá a finales de año un centro de moda multimarca.
El primer símbolo de la Gran Vía madrileña fue una loba capitolina. Este bronce coronó en 1915 la cúpula del Hotel Roma, edificio de fachadas sobrias al que el arquitecto francés Paul Sanson concedió la gracia de un torreón esquinero. Su proyecto se había publicado casi un lustro antes en las páginas del quincenario La Construcción Moderna, recién iniciados los trabajos para abrir brecha en el intrincado callejero de la capital, desde la Puerta del Sol y hacia el barrio de Salamanca, mediante el trazado de una amplia avenida. El hotel de 135 habitaciones, dotado con sala de fiestas, biblioteca y ascensores, fue el primer inmueble que abrió sus puertas al vulgo en la Gran Vía. Cortó la cinta el mismo rey Alfonso XIII, en un feliz gesto que no parecía presagiar el abrupto final del establecimiento. Cercenado por los bombardeos franquistas, se convirtió en sede bancaria y perdió a su loba mitológica. Hasta ahora.
El empresario Dimas Gimeno, expresidente de El Corte Inglés, ha colocado una réplica de la figura en su basamento original, así como la inscripción SPQR —Senatus Populusque Romanus, El Senado y el Pueblo Romanos, lema con el que se aludía al gobierno de la Antigua Roma— que estuvo grabada en este pedestal. Gimeno ultima en aquel antiguo hospedaje los preparativos de su nuevo proyecto, que ofrecerá desde finales de este año un escaparate físico a las principales operadoras de internet. Un centro multimarca, con especial hincapié en la moda, que se extenderá a lo largo de las seis plantas y 5.000 metros cuadrados del inmueble protegido por completo. Con anteriodidad a su actual catalogación, este ha sufrido numerosas transformaciones, empezando por agresivas rehabilitaciones durante los cuarenta y sesenta...
El País: La loba capitolina vuelve a la Gran Vía madrileña