La joya de la corona: Hong Kong, un nuevo rascacielos

31/08/1999


En el año 1979, el Hong Kong and Shangai Bank realizó un doble gesto de confianza: en el futuro de la colonia tras su devolución a China, construyendo en la ciudad 100.000 metros cuadrados de lujosas oficinas; y en Norman Foster, encargando el rascacielos de su sede a un arquitecto que jamás había construido edificios de más de tres plantas. El desenlace de esta doble apuesta es una de las obras clave del siglo XX. Proyectado febrilmente a lo largo de 1980, desde la estructura puente de la propuesta ganadora del concurso, pasando por el casi textil esquema en espiga finalmente rechazado en mayo de ese año, para terminar en la solución definitiva con estructura en voladizo, el edificio se terminó en 1986 con gran éxito de crítica y público, y sigue siendo el proyecto más popular de Foster. Desplazando el núcleo técnico a la periferia, el arquitecto conseguía plantas libres y un espectacular vacío central que sirve como vestíbulo en el grupo inferior de oficinas, rompiendo así radicalmente con la tradición de núcleo central en los rascacielos. Montado con componentes fabricados por encargo, el volumen estratificado permite retranqueos para adaptarse al denso entorno, mientras el esqueleto expuesto transmite con elocuencia la imagen de una fantasía futurista que sedujo a todos...[+]


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