Si hubiera que ungir a un dios en la historia de la fotografía en España, probablemente el nombre elegido sería Alfonso, porque bajo esa firma se desplegó una labor que logró contar los principales acontecimientos del país en la primera mitad del siglo XX y retratar a toda la pirámide social, del rey al humilde campesino muerto en una revuelta. Esa ubicuidad fue posible debido a que Alfonso no fue un solo fotógrafo, sino que llegaron a ser cuatro: el padre y sus tres hijos varones. Todos estampaban en sus trabajos el logotipo modernista de la casa, que unía el primer palo de la a con la s. Esto ocasionó que, muchas veces, no se sepa quién fue el verdadero autor de una imagen. Una exposición en la Sala Canal de Isabel II, en Madrid, recorre la obra de los Alfonsos a través de 144 imágenes más documentos como libros, carnés de prensa, publicaciones, cartas...