Ahora que somos las estrellas abrasadas de una velocidad bella, incendiaria, iluminadora y adictiva, lo verdaderamente moderno es repensar los toldos, pabellones, pérgolas y marquesinas.
Dicen que el primer toldo apareció en la Expo Universal del París de 1889. Nadie se acuerda, porque fue el año de la Torre Eiffel y del Palacio de las Máquinas de Contamin y Dutert. Como el Palacio de Cristal de Joseph Paxton, las dos estrellas de la feria venían a demostrar la superioridad de la ingeniería sobre las bellas artes y la potencia ornamental de los nuevos materiales bélicos en el anticuado mundo de la arquitectura. Fue el...
El País: La ciudad quiere pestañas