El tesoro se encuentra a pocos metros de profundidad, en las entrañas de una mina, San José de Valdeflórez, a dos kilómetros de Cáceres, donde el paro golpea al 24% de la población.

Es el litio, el nuevo oro, el metal sólido más liviano del planeta y el más buscado por la industria de la electrónica y de los automóviles eléctricos. Y sus modernas baterías necesitan del litio extremeño para poder alargar su funcionamiento.

La otra razón de peso es Europa, que va camino de convertirse en el segundo fabricante mundial de coches eléctricos, por lo que considera el litio como un material estratégico.

Sin embargo, no lo produce en ningún otro lugar del Viejo Continente. Cáceres sería la solución. La gran reserva (1,6 millones de toneladas), según los cálculos de explotación, contiene metal para producir unos 10 millones de baterías.

Pero la capital provincial vive tiempos revueltos. El Ayuntamiento y la plataforma Salvemos la Montaña han declarado la guerra al proyecto y apuestan más por un desarrollo vinculado al turismo de meditación y relajación.

Prefiere que se construya un complejo budista de 70.000 metros cuadrados, ya solicitado, «que sitúe a Cáceres como una ciudad de paz», cuando el 24% de la población engrosa la cola del paro.

Para la Junta de Extremadura, en cambio, el litio es una de sus bazas de cara al desarrollo a medio plazo...

El Mundo: La disparatada batalla en Cáceres entre el litio estratégico y un buda de 60 metros