Jaume Plensa pide silencio en Nueva York
El escultor catalán inaugura su obra más faraónica, de 24 metros de altura, en la orilla del río Hudson y frente al skyline de Manhattan.
Como buena parte de la población del mundo, Jaume Plensa se ha pasado la pandemia encerrado en casa y sin parar de trabajar. El artista llama a su taller de confinamiento una “prisión dorada pero prisión, al fin y al cabo”, aunque reconoce sentirse afortunado por haber podido seguir en activo.
Paradójicamente, mientras culminaba esos 18 meses sin casi salir de casa, Jaume Plensa ha visto cómo muchas de sus obras sí podían salir a viajar alrededor del mundo. Pero, finalmente, ha llegado su turno y asiste, feliz, a la inauguración de su obra más monumental.
La pieza forma parte de su serie de caras alargadas, como la que corona la plaza Colón de Madrid, que le han dado fama mundial y lleva por título El alma del agua...
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