A pesar de los efectos devastadores de la burbuja inmobiliaria y de la grave crisis financiera, en los últimos años Italia ha registrado una aceleración de su programa edilicio, tanto por parte de instituciones públicas como del capital privado. A diferencia de otros países europeos que durante la década de 1980 habían desarrollado grandes intervenciones de regeneración de las áreas metropolitanas, Italia tuvo que esperar a los años 1990 para comenzar a quitarse el estigma de ser la Cenicienta de Europa, conforme iba dando forma a su contribución al rediseño de sus ciudades y sus territorios. Mientras que en otros lugares se debilitaba la onda larga de las grandes inversiones inmobiliarias, en Italia estas se han mantenido para no penalizar los intereses de los inversores, sobre todo extranjeros, que habían apostado por el mercado inmobiliario, especialmente en las áreas metropolitanas más ‘calientes’, como Milán...