1935-2011
Autor del singular pabellón de madera y pizarra con el que Hungría participó en la Exposición Universal de Sevilla de 1992, Imre Makovecz se formó como arquitecto en Budapest. Su postura crítica hacia el régimen comunista primero y, tras la caída de este en 1989, hacia la globalización y la cultura corporativa, le condujeron a desarrollar un lenguaje organicista marcadamente nostálgico y antimoderno, más deudor de las formas oníricas de Rudolf Steiner y del Modernismo que del ejemplo de Frank Lloyd Wright. Así, obras como el Centro Comunitario en Kakasd (1996), la piscina de la ciudad de Eger (1993), o el complejo de la Universidad Católica Pázmány Péter (1995), destacan tanto por su exaltado nacionalismo romántico —acorde con el pensamiento abiertamente conservador del arquitecto—, como por su gran inventiva formal, reelaborando temas tradicionales húngaros de modo completamente libre. Su último trabajo fue el diseño de viviendas para los afectados por el vertido de lodo rojo de octubre de 2010 en la localidad de Kolontár. Makovecz era miembro de la Academia Internacional de Arquitectura desde 1987 y presidente de la Academia Húngara de Arte desde 1992.