El particular emplazamiento del edificio —un solar en considerable pendiente situado justo en el límite entre la Sierra de Collserola y la trama urbana de la Ciudad Condal—, y la claridad y especificidad del programa —una clínica oftalmológica—, han sido las dos ideas básicas que han determinado el proyecto para el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), construido por Josep Llinás en la barcelonesa Ronda de Dalt.
A fin de responder a las condiciones del lugar, Llinás ha optado por utilizar el pronunciado desnivel del terreno como instrumento para definir la morfología topográfica del edificio, que organiza los usos del programa (quirófanos, consultas, áreas de espera, de descanso y privadas) en función de las necesidades de luz natural, proponiendo un recorrido con diferentes cubiertas y protecciones solares.