Mientras Aulenti daba forma al Museo de Orsay, en la ribera opuesta del Sena Ieoh Ming Pei asumía otro de los Grands Travaux de Mitterrand: la pirámide del Louvre, la obra que le consagró internacionalmente. No obstante, el cantonés emigrado a América ya era entonces una de las principales figuras de su país de acogida, autor de hitos como el Laboratorio Mesa, la Biblioteca Kennedy o el anexo de la Galería Nacional de Arte. De todos ellos, y de su igualmente larga carrera posterior —murió en 2019 a los 102 años—, da cuenta una exposición en el Museo M+ de Hong Kong abierta hasta enero.