De vez en cuando aparecen concursos, seminarios y publicaciones que tratan de insuflar aire fresco sobre el antiguo discurso de la casa y su proyecto. Tampoco la prensa especializada de hoy olvida el que fue uno de los temas favoritos de la arquitectura moderna: la casa como experimento y su proyecto como mecanismo de evolución. Entonces se vuelve a plantear la vivienda aislada y completa como un pequeño mundo sujeto a revisión, como la célula que contiene sus propias leyes de organización y que prefigura la multiplicidad en su individualidad. Y se tantea otra vez el proyecto doméstico como reflexión crítica, o su construcción como experimento. Cuando se retoma este discurso ya antiguo de la modernidad aparecen propuestas dignas de atención, tanto más cuando se sabe que los tiempos corrientes ya no están para esas cuestiones. También es verdad que si un concurso de arquitectura doméstica alude en sus bases al carácter experimental de los proyectos, hay que prepararse para lo peor. El experimento suele ser la coartada ideal para el exhibicionismo hueco característico de nuestra época, más inclinada al consumo que a la crítica… [+]