En memoria de Joan Margarit
En enero de 1957, Oriol Bohigas publicó un artículo en el diario nacionalsindicalista Solidaridad Nacional donde exponía una tesis provocadora: a pesar de su precariedad, era preferible la vida en los asentamientos de barracas que residir en los polígonos construidos en las periferias de las grandes ciudades. El éxito de un título imbatible, Elogio de la barraca, llevó a leerlo de forma demasiado literal como un elogio a las “alegres barracas de hojalata o de ladrillo encalado”, en las que se refugiaron miles de personas después de la guerra. El artículo era, en realidad, una doble crítica: por un lado, a la pobre calidad del espacio urbano y a las edificaciones de los polígonos más especulativos; por otro, a las viviendas unifamiliares autoconstruidas que configuraban una ciudad de baja densidad y peor calidad...