Dividir una casa o un piso es a menudo una buena solución para darle salida al mercado y obtener más rentabilidad, pero hay requisitos que cumplir. Los clientes que buscan una segregación lo hacen fundamentalmente por dos razones: un cambio de calado en sus circunstancias de vida, como quedarse solos en un piso de cuatro o cinco habitaciones después de que los hijos se hayan ido a vivir a otro sitio; o el deseo de comprar una vivienda segregable como inversión para revenderla tras reformarla, o vivir en una parte y alquilar la otra.
Los expertos señalan que no es lo mismo segregar oficialmente una vivienda o dividirla. “La división siempre se puede hacer de puertas hacia dentro”, dice Palacios, “pero las viviendas resultantes no se podrían vender”. Eso sí, sería posible alquilar legalmente una de las viviendas, como habitaciones de la vivienda original y pese a que las dos partes estén divididas físicamente...[+]