El problema del alquiler solo tiene una solución de fondo: hay que aumentar la oferta y al mismo ritmo que el crecimiento demográfico. En manos de las autoridades está garantizar pisos asequibles.
Es paradójico que en un país donde una década atrás se construía vivienda con alegre exuberancia tengamos ahora percepciones de escasez. La razón, fácil de entender, es que el acceso a la misma por la vía tradicional de la propiedad se ha hecho más difícil y menos atractiva.