Teniendo en cuenta que las transformaciones en los estilos arquitectónicos responden a menudo a grandes sacudidas económicas, sociales, políticas o tecnológicas, no es sorprendente que el arte edificatorio de este siglo haya estado tan marcado por los cambios. Y, ciertamente, ha habido pocos periodos en la historia moderna que hayan estado más señalados por una conjunción de cambios repentinos como los años inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial. Con el fortalecimiento de las industrias norteamericanas gracias al incondicional esfuerzo bélico y con la confirmación de la primacía de Estados Unidos en la escena internacional gracias a la victoria de los aliados, la paz impuso una necesidad urgente de incrementar las construcciones civiles y comerciales. Durante quince años se había producido un hiato arquitectónico en Estados Unidos provocado por la Gran Depresión y prolongado por la prohibición durante la guerra de levantar toda edificación que no fuera estrictamente necesaria...
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