Con la presencia de los Reyes y la sensación de adentrarse en tiempos turbulentos, el IV Congreso organizado por la Fundación Arquitectura y Sociedad en colaboración con Arquitectura Viva contó con un elenco de grandes arquitectos, cada uno de ellos con su propia versión del ‘Cambio de clima’ que daba título al evento. Rem Koolhaas, que atrajo a una mirada de periodistas, reconoció su compromiso europeísta, habló de los retos que plantea a las sociedades de Occidente el abandono del campo, y sorprendió al confesar que no descartaba dar el salto de la arquitectura a la política. Pierre de Meuron contó en detalle algunos de sus últimos proyectos. Kjetil Thorsen, de Snøhetta, incardinó con solvencia el trabajo de su estudio en el contexto social, mientras que Jean-Philippe Vassal repasó las ideas sobre la ecología, la economía y la estética que definen con gran coherencia la trayectoria de Lacaton & Vassal. Iñaki Ábalos explicó su idea de la «belleza termodinámica» y Louisa Hutton, en sintonía con él, insistió en la necesidad de conectar sostenibilidad y estética, una convicción compartida también por Dietmar Eberle. En una trepidante intervención, casi una peformance, Winy Maas bombardeó a los espectadores con sus utopías, mientras que Bjarke Ingels, uno de los ponentes más esperados, insitió en el papel que desempeña la arquitectura como elemento concienciador. Recogidas en entrevistas, estas visiones dispares y complementarias se presentarán en un libro resumen del evento que Arquitectura Viva publicará este otoño.