Opinión 

Cuestión de equilibrios

Jean Michel Wilmotte, el 'Bueno'

Opinión 

Cuestión de equilibrios

Jean Michel Wilmotte, el 'Bueno'

Ginés Sánchez Hevia 
31/10/1989


Librería Arthaud © Robert César

La verdad es que Francia, cuna de tanta cultura arquitectónica y fuente incomparable del arte de vivir, ha dado pocos frutos. De acuerdo, están Christian de Portzamparc, Bernard Tschumi (suizo nacionalizado) y Jean Nouvel (probablemente el mejor). Incluso los «grandes proyectos» auspiciados por el faraón Mitterrand el Grande no parecen, en general, alcanzar una alta cota, y eso que entre los diversos concursos convocados han participado dos mil equipos de todo el mundo.

Por una estructura legal que lo permite, es frecuente en Francia una figura particular: el decorador que hace arquitectura, o el aficionado, en el sentido menos peyorativo y más literal del término. Es innecesario hablar de Jean-Michel Frank, de Pierre Chareau o Eileen Gray, que de diversas maneras revolucionaron el mundo del interiorismo. El salón para los Noailles de roble decapado, estuche para la magnífica colección de pintura, es otra manera de mostrar obras de arte; los cerramientos de cristal prensado adquieren patente de belleza con Chareau, y la austeridad del acero como lujo supremo entra en la alta decoración de la mano de esa mujer excepcional que fue la Gray...[+]


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