Ordicia, en Guipuzcoa, esconde el edificio de Domingo Unanue, una joya de diseño racionalista que dio al nuevo arte del siglo XX la más brillante respuesta arquitectónica.

El 14 de noviembre de 1928, cuando España vivía la cuesta abajo de la dictadura de Primo de Rivera, el majestuoso en su elegante simplicidad Teatro-cine Echezarreta era inaugurado en Ordicia.

Según lo ideado por su creador, Domingo Unanue, la arquitectura racionalista al servicio de la más moderna de las artes vivía su primer momento de esplendor en España de la mano de un País Vasco industrializado a marchas forzadas. Lo que experimentaron aún de forma inconsciente los habitantes del municipio guipuzcoano era, de alguna manera, el triunfo del arte del nuevo siglo, el cine, sobre los modales excesivos del drama decimonónico; la pujanza de las líneas y volúmenes claros al servicio de la función sobre la escenificación pomposa del ornamento, lo nuevo frente a lo viejo.

Pocos cines en toda España pueden ser comparados al actualmente llamado Herri Antzokia (Teatro público). El investigador y responsable del Inventario de Salas Cinematográficas para Patrimonio, Jesús Ángel Sánchez García, destaca su singularidad y, lo más importante, su buen estado de conservación. El edificio que pensara Unanue representa la llegada de la modernidad a un espacio, el del cine, esencialmente moderno. El arquitecto y actual alcalde de Ordicia, Adur Ezenarro, hace tiempo que ha llevado su entusiasmo a sana obsesión convirtiéndose en estudioso y principal valedor de una pieza que se anticipó incluso al siempre alabado Club Náutico de San Sebastián de José Manuel Aizpurúa y Joaquín Labayen construido un año después, en 1929...

El Mundo: Cine Echezarreta, el primer templo cubista para un arte nuevo