Brady Corbet sorprende con un megaproyecto rodado en película de 70 mm en formato VistaVision, que narra la historia de un arquitecto huido de la Europa de la Bauhaus hasta la Norteamérica en pleno desarrollo. Desde el fascismo al capitalismo. Adrien Brody es ese hombre que se presenta ante la audiencia como la contraimagen del héroe individualista al que diera vida Gary Cooper en El manantial, rodada por King Vidor en 1949. Aquella cinta era una exaltación de la filosofía de aliento brutalmente nietzscheano según la novela y tesis de la pensadora Ayn Rand. The Brutalist, en cambio, es una reflexión sobre los estragos de todas las ideologías cosificadoras en el individuo. Es esencialmente una película humanista, por lo que tiene de reivindicación de lo común, de lo social, de lo de todos, del silencio de lo descomunal...
The Times: The Brutalist review — this may be the film to beat at the Oscars