El Instituto de Arte, segundo mayor museo de EE.UU., elige al estudio barcelonés para transformar su extenso campus. Las obras, que pueden prolongarse más de una década y comportan una inversión aún no concretada, pero de muchos cientos de millones de dólares, deben incluir la redefinición funcional del campus –que ocupa una super manzana, equivalente a cuatro manzanas de la zona central de Chicago–, la demolición de alguna de sus actuales edificios, la construcción de otros o de ampliaciones de nueva planta, un nuevo programa de usos de los volúmenes existentes, una renovada organización de las colecciones y una más estrecha relación con la ciudad, los parques circundantes y el lago Michigan... [+]