Chapuzones colectivos

Mediación y espectáculo, tres arquitecturas acuáticas

Andrés Jaque 
31/08/2009


La arquitectura contribuye a crear los vínculos interpersonales que nos instalan en tejidos colectivos. El análisis de tres casos diferentes de arquitectura acuática, representativos de paradigmas de hoy, permite detectar el papel de mediación y renderización de lo social que cada uno de ellos juega en este proceso.

Empaparse en grupo

En 2005 Joel Sternfeld fotografió una vivienda construida con neumáticos rellenos de tierra y con una cubierta de chapa, pensada para verter hasta la última gota del agua de lluvia en un depósito parcialmente enterrado. Una más de las casas de Earthaven, una ecocomunidad de Carolina del Norte habitada desde 1994 por cincuenta personas conscientes de su «interdependencia con la red de todas las vidas». Para Robert y Diane Gilman, ideólogos de Earthaven, «las ecovillas son asentamientos organizados y de escala humana, en los que las actividades humanas [sic] están integradas sin dañar la naturaleza en un desarrollo humano saludable, que podrá continuar con éxito en un futuro ilimitado». Escala humana, integración no dañina en el ‘medio natural’ y durabilidad son tres de las preocupaciones de muchos de los arquitectos que abanderan actualmente la ‘sostenibilidad’. Las ecovillas contemporáneas, remakes de experiencias utopistas de los sesenta, reaparecen en el momento en que sus objetivos, tecnologías y retóricas vuelven a la ortodoxia arquitectónica. Son una rehabilitación de algunas de las nociones de ecología más respondidas por el pensamiento especializado, que dan nueva vigencia al conservacionismo de Gifford Pinchot y a las experiencias arquicomunitarias de los campamentos Taliesin, y que permiten identificar con qué formas de lo político pacta hoy la arquitectura... [+]


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