Situada en uno de los barrios más densos de Tokio, la Casa H de Sou Fujimoto juega con las exigentes ordenanzas locales para proponer un escueto paralelepípedo blanco que oculta, tras su sencillez minimalista, un singular y rico espacio interior.

La fachada del edificio se perfora con grandes huecos rectangulares, formando un tapiz permeable al exterior, que baña de luz natural los ámbitos interiores. La sencilla geometría del volumen y de la envolvente son sólo el telón que cubre una compleja organización de las estancias de la casa, de cuatro plantas de altura, que es la verdadera protagonista del proyecto: un conjunto de módulos programáticos independientes, situados a distintas alturas, que se disponen en el interior del volumen como si se tratase de un conjunto de cajas chinas. Los diferentes espacios interiores se van encadenando así según un paseo arquitectónico en espiral que desemboca en una cubierta transitable, que hace las veces de un mirador sobre la ciudad. Este paseo arquitectónico se produce entre los sugerentes vacíos creados entre los módulos de la casa, conectados mediante acrobáticas escaleras de madera cuyo color contrasta con la aséptica tonalidad blanca que define todo el conjunto.