Casa en Playa Brava, de Ricardo Gomara

Casa en Playa Brava, de Ricardo Gomara

Leandro Villalba 
31/01/2024


Esta vivienda unifamiliar construida en 1982, es una obra del arquitecto argentino Ricardo Gomara, ubicada en una de las zonas más predilectas de Punta del Este, Uruguay. Situada en primera línea en la parada 20 de la Playa Brava, esta casa ilustra una época de auge de la arquitectura de segunda residencia para las clases altas argentinas. Su construcción coincide con el boom inmobiliario de finales de los años 70 y principios de los 80, que encontró una ruptura en la crisis económica de 1982. En ese entonces, el gobierno de facto, con un marcado déficit fiscal abandonó el régimen tabular. Asimismo, el paso de un modelo turístico de exclusividad a un modelo de turismo masivo de sol y playa se consolidó, en gran medida, en esos años.

Nos importa aclarar que nuestro comentario es sintético y plenamente disciplinar. Tenemos muy poca información sobre el encargo y casi nulo conocimiento sobre el contexto familiar y la relación entre el técnico y el comitente. Buscamos trazar una genealogía especulativa por un motivo sencillo, la fuerza de la volumetría y la excelente resolución de sus detalles la convierten en un caso excepcional dentro del panorama arquitectónico nacional de los años ochenta. Por momentos, la casa manifiesta el pulso de las residencias de John Lautner, que, como su maestro Frank Lloyd Wright, sostenía grandes planos horizontales que enmarcaban la vastedad del paisaje. Particularmente, la persistencia wrightiana puede verse con más claridad en otra de las residencias de Gomara, como la Casa Summerwind, en la península puntaesteña.

También aparece aquí la presencia intermitente de Paul Rudolph, un discípulo norteamericano de Walter Gropius, que abrazó en los hechos la estética brutalista popularizada en los 60 por el británico Reyner Banham. También se puede olfatear una referencia al Le Corbusier del béton brut, e incluso a la vertiente brutalista de la arquitectura japonesa de la generación metabolista.

Ahora bien, esa sensibilidad es dilatadamente visible en el universo de la vivienda colectiva de Punta del Este, como en el edificio Arrecife (1974) de Gómez Platero y López Rey. Aunque también podríamos citar algunas viviendas de esta misma dupla, como la Casa Poyoroc y la Casa Sonpura (1960), fotografiadas por el estadounidense Julius Shulman en 1967. Se dejaban entrever por aquellos años, las lecciones de las Case Study Houses californianas, a nivel resolutivo, y también a nivel de sus atmósferas domésticas hedonistas.

Por cierto, la casa de Gomara, imaginada en planta, tiene una organización que parece recoger algunas de esas lecciones de una arquitectura abierta —desde dentro— al paisaje. Las articulaciones de grandes superficies a través de la presencia de núcleos van generando un fluido discurrir por el plano. La potencia de las plataformas exteriores consiste en ungir como una franca expansión de los generosos espacios internos. A la vez, sería injusto no reconocer la potencia que varios creadores de la modernidad argentina habían llevado adelante por aquellos tiempos, como Mario Roberto Álvarez, que junto al uruguayo Raúl Sichero construyeron la Casa Espacio en Punta del Este en el mismo 1982.

La calidad de ejecución nos habla de una obra que, seguramente, fue vigilada con recelo por parte de su creador. La factura de los muebles empotrados, carpinterías, herrerías y tratamiento del hormigón es refinada. Como en la estrategia loosiana, el contraste entre un afuera austero, y un interior discretamente rico en revestimientos y mobiliarios fijos, nos habla de una apuesta por una reserva y un afán de excepcionalidad.


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