Cuando en 1962 J.M. Richards, a la vista de lo publicado en el libro Arquitectura española contemporánea de Carlos Flores, afirmaba que en España se estaba «experimentando furiosamente», el mundo no era consciente de que ese cambio era apenas incipiente. La velocidad con la que ha progresado la arquitectura española en la segunda mitad del siglo XX ha sido formidable. Medio siglo de evolución que ha consolidado un panorama más que atractivo en un país que, además, ha ‘exportado’ un buen número de proyectos y de reconocidos profesionales a todas las geografías. Que las obras que se han llevado a cabo en el siglo pasado en España sean o no ‘maestras’ es lo de menos, porque son de una calidad arquitectónica indudable; desde luego, más que suficiente para detenerse unos instantes en ellas y —como dice el autor de este libro, Enrique Domínguez Uceta— tratar de disparar una ‘foto fija’ a lo que ha sucedido en los últimos cien años, a la espera de que la compleja situación que vive el país en estos momentos remita y la disciplina pueda retomar un ritmo de producción similar.
En realidad, este trabajo no es un libro, sino una guía de arquitectura al uso que, como tal, aporta información suficiente para ubicar los cien casos a los que se dedica: desde la madrileña gasolinera Porto Pi (1927), de Casto Fernández-Shaw, hasta el Centro Oscar Niemeyer de Avilés (2006- 2010). Ordenado de forma cronológica, cada ejemplo se acompaña de una sucinta ficha con los datos básicos de la obra y su localización, un dibujo a línea y fotografías del estado actual del edificio. Con una diagramación que no resulta especialmente agradecida y que condena a los planos de los edificios a un tamaño en muchos casos imposible de consultar, lo mejor son sin duda los textos del autor quien, con lenguaje amable y dinamismo constante, acompaña al lector por una esmerada selección de obras que, sin ser todas ellas ‘modernas’ sí resultan ciertamente ‘ejemplares’.