1924-2010
Un problema aparentemente sencillo, medir la longitud de la costa de Gran Bretaña, está en el origen de uno de los descubrimientos matemáticos más influyentes del pasado siglo, el de las geometrías fractales. Su descubridor, Benoît Mandelbrot, nació en Varsovia, en el seno de una familia judía que emigraría a París ante el auge del nazismo. Mandelbrot se formó en la Escuela Politécnica de aquella ciudad, completando sus estudios con posgrados en campos como la aeronáutica y las matemáticas. En 1958 se instaló en EE UU para trabajar en la empresa informática IBM. La geometría fractal de la naturaleza, libro publicado en 1982, supuso un hito en su carrera al divulgar su descubrimiento de la geometría fractal, definida por Mandelbrot como el de aquella figura matemática autosemejante en la que una parte tiene la misma forma o estructura que el todo, aunque sea a diferente escala o ligeramente deformada: los contornos de muchos fractales parecen, de hecho, imitar formaciones naturales, como las líneas de costa o las nubes. El descubrimiento de las formas fractales ha resultado de excepcional interés para disciplinas tan diversas como la biología, la geología, la lingüística o la arquitectura.