Años de forja: del taller a la fábrica
Jean Prouvé no fue el primero en construir edificios enteramente metálicos (antes lo hicieron Eiffel, Gropius/Hirsch, Fillod, etcétera); puede que fuese uno de los primeros (con Hausermann) en producir tabiques móviles de chapa y uno de los primeros (con Buckminster Fuller) en crear un ‘bloque sanitario’ completamente fabricado en un taller. Es cierto que Prouvé utilizó los materiales y las técnicas de su tiempo para crear un producto nuevo, de su época; el ejemplo es bien conocido: el primer muro cortina todo de chapa de la Maison du Peuple, la Casa del Pueblo, de Clichy. Pero, mientras que los mejores arquitectos componían su arquitectura con productos semielaborados (perfiles de acero, chapa lisa, etcétera, como es el caso de Ludwig Mies van de Rohe), Jean Prouvé reelaboró esos productos, lo que le permitió economizar en metal y crear formas de una plástica nueva, de una cualidad arquitectónica desconocida. Y esto fue posible porque conocía a fondo el metal y el oficio, pero además porque no tenía miedo a las formas nuevas, como la mayor parte de los ingenieros y los industriales. Y por estas razones fue capaz de crear y realizar unos muebles (como las primeras sillas o el sillón para la Ciudad Universitaria de Nancy) que tienen una cualidad diferente de lo que por entonces hacía la vanguardia (Chareau, Breuer, Stam, etcétera). Prouvé nos decía: «Un mueble no se compone en un tablero de dibujo. Considero indispensable hacer un croquis en el momento en que se piensa, probarlo, corregirlo, juzgar luego si es válido, y elaborar sólo entonces todos sus detalles con dibujos muy rigurosos»... [+]