Abstracción y empatía

Marta Sequeira 
30/06/2020


Mientras que el afán de proyección sentimen-tal está condicionado por una venturosa y confiada comunicación panteísta entre el hombre y los fenómenos del mundo circundante, el afán de abstracción es consecuencia de una intensa inquietud interior del hombre ante esos fenómenos» (Wilhelm Worringer, Abstraktion und Einfuhlüng, 1908).

En el año 2000, Manuel y Francisco Aires Mateus acababan de fundar su propio estudio. Tras colaborar varios años con Gonçalo Byrne —uno de los arquitectos lisboetas más importantes de su generación—, y después de haber sacado adelante algunos proyectos propios en una pequeña sala del atelier de Byrne (la Casa Nafarros en Sintra, la Residencia geriátrica de la Santa Casa da Misericórdia en Grândola o la Cantina de la Universidad de Aveiro), Manuel y Francisco Aires Mateus trabajaban finalmente en un espacio propio, un apartamento situado en la zona del Largo do Rato, en Lisboa. Por entonces, tenían varios proyectos entre manos, algunos incluso de tamaño considerable, como la Sede del Colegio de Ingenieros, la Unidad Pedagógica de FCT en la Universidad de Coimbra o el Rectorado de la Universidad Nueva de Lisboa. Sin embargo, fue el encargo de una simple casa en Alenquer, hecho un año antes, el que cambió el carácter de la producción de los dos hermanos en los siguientes veinte años, periodo en que se centra este número de AV Monografías. Hasta ese momento, las obras de Aires Mateus habían sido una consecuencia directa de las enseñanzas de Gonçalo Byrne, durante un periodo que, más tarde, los propios arquitectos considerarían como ‘liminar’ o ‘propedéutico’. Fueron las obras construidas a partir de Alenquer las que se hicieron un lugar singular en la historia de la arquitectura portuguesa... [+] 


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