Iglesia parroquial, Marco de Canavezes
Galardonados con el premio Pritzker en 1989 y 1992 respectivamente, el norteamericano Frank Gehry y el portugués Álvaro Siza representan dos formas diametralmente opuestas, e igualmente influyentes, de la práctica contemporánea. Aunque a la fase final de la tercera edición del premio Iberfad llegaron también la cubrición de un frontón en Miranda de Arga, de Luis Tena, la nave industrial de Gamesa Eólica en Pamplona, de Francisco Mangado, y la transformación en pousada del monasterio de Santa Maria de Bouro, de Eduardo Souto de Moura, la auténtica pugna se estableció entre el escenográfico Museo Guggenheim de Gehry en Bilbao, y la delicada iglesia de Siza en Marco de Canavezes. Sin dejar de reconocer el valor de la arquitectura del museo como expresión de la condición espectacular del arte en nuestro tiempo, así como su capacidad para convertir sus volúmenes de titanio en un símbolo de la regeneración física y cultural de la capital vizcaína, el jurado se decantó por la iglesia, una nave esbelta, blanca y luminosa que contiene, depurados, numerosos elementos de la arquitectura religiosa tradicional, logrando expresar con intensidad inesperada la naturaleza sublime de la fe.