Cualquiera que pasee por los litorales españoles del sur podrá darse cuenta de que algo ha cambiado profundamente desde que la primera invasión de grandes torres paralelepipédicas repletas de apartamentos avanzó hasta la misma orilla. La edificación más reciente no es así.

En este momento sufrimos una nueva invasión: la de los «pitufos». Naturalmente, me refiero a esas casitas de una o dos plantas, encaladas o simplemente blancas, de acabado intencionalmente tosco, repletas de arcos de diversos modelos, aleros, tejados y tejadillos, molduras más o menos clásicas, cerrajería artística, chimeneas de remates caprichosos, guardapolvos en las ventanas, persianas de librillo, recercados y zócalos de ladrillo tosco, viguería de madera vieja (falsa o no), azulejos andaluces... Todo a la vez...[+]