El proyecto de Francisco Mangado para la sede de la compañía Norvento en Lugo se aleja del tipo convencional de edificio de oficinas, proponiendo un conjunto de pabellones inspirados en la tradición autóctona, que se articulan con lógica entre sí y dialogan con su entorno. El edificio primará asimismo el ahorro energético, contando con aislamientos de 10 centímetros de espesor, ventilación cruzada y un singular sistema de captación solar integrado en la cubierta de zinc.