En el municipio de L’Hospitalet de Llobregat, vecino en continuidad con el de Barcelona, se alza el Distrito Económico Gran Vía L’Hospitalet, un conjunto urbano a base de torres de oficinas entre las que contrasta, como una misteriosa caja negra, el último edificio de los olotíes RCR (Aranda, Pigem y Vilalta). Construido por la inmobiliaria Layetana para albergar oficinas, el edificio tiene la estructura al exterior, una sucesión de pórticos metálicos formados por ‘pilares unidimensionales’ que se componen de dos pletinas ligeramente separadas. Los forjados apoyan sobre vigas Warren, sin montantes verticales, y todo el conjunto —incluso la cubierta— se reviste interiormente de vidrio. La sección escalonada responde a la ordenación volumétrica definida por Albert Viaplana, autor del plan director del conjunto.