Las revistas de arquitectura recuerdan el palpitar de la primera enamorada. Sometidas a un ciclo recurrente, mensual o bimestral, su llegada provoca en el lector el estado de ansiedad y alegría del amor iniciático. Colman nuestra ambición de descubrir el mundo, de rescatar el pasado, de valorar el presente y también de imaginar el futuro. A lo largo de todo el siglo XX, las revistas han sido motor principal del intercambio de ideas, de la transmisión de experiencias y de la interacción múltiple entre obras y teorías…[+]