La exposición ‘Montar/Grapar/Plegar’ (Clip/Stamp/Fold), subtitulada como ‘Arquitectura radical de los little magazines’ y presentada en la planta baja de la sede provisional del Disseny HUB Barcelona es el resultado del trabajo de investigación en equipo dirigido por Beatriz Colomina. El método de trabajo, entendido como un work in progress, comporta que en cada lugar donde se expone este material sobre las revistas de arquitectura se generen sesiones de debates con los que fueron protagonistas, que se filman y que pasan a formar parte de la propia documentación del trabajo y de las siguientes exposiciones.
‘Montar/Grapar/Plegar’ visibiliza cómo en los años sesenta y setenta proliferaron las revistas radicales y vanguardista de arquitectura y arte; un fenómeno casi inexistente hoy y que tuvo que ver con la liberación de las sociedades y las instituciones académicas que se produjo a finales de los sesenta y con la eclosión y extensión de todo tipo de movimientos artísticos, de diseño y de arquitectura radical.
La exposición itinerante, que presenta originales y reproducciones de una larga serie de magazines, algunos muy conocidos y ya míticos, otros para culto de iniciados y coleccionistas, cubre desde 1962, con publicaciones de la Internacional Situacionista, hasta 1979, con la aparición de Skyline.
En las mesas redondas que se realizaron el pasado marzo en el Colegio de Arquitectos de Cataluña se constató que sus protagonistas —como Hans Hollein, que entre 1965 y 1970 dirigió BAU sin cobrar, o el artista Chip Lord, que entre 1968 y 1978 dirigió la revista Ant Farm, de culto hoy para los videoartistas, e impulsada por el colectivo del mismo nombre— no tenían conciencia de que estaban haciendo historia con sus revistas.
En la muestra están reseñadas desde boletines y publicaciones de estudiantes, hasta los períodos renovadores en revistas clásicas como Architectural Design (que tuvo como director técnico a Kenneth Frampton entre 1962 y 1965), AMC (Architecture Mouvement Continuité, dirigida entre 1977 y 1983 por Jean-Louis Cohen), Casabella (que tuvo directores como Andrea Branzi y Alessandro Mendini), Contropiano, Domus o Forum. O revistas de escuelas de arquitectura, como Aaq, de la Architectural Association, dirigida entre 1969 y 1982 por Dennis Sharp. Era también la época de publicaciones tan influyentes como Op. Cit en la Italia de la semiología, dirigida por Renato de Fusco; o como October en Nueva York, liderada por la crítica de arte Rosalind Krauss. O de piezas tan refinadas como Angelus Novus (1964-1974), dirigida por Massimo Cacciari y Cesare de Michelis, en la estela de la Escuela de Frankfurt de Filosofía.
Entre las seleccionadas está la que más influencia ha tenido en la arquitectura española: Arquitecturas bis (1974-1985), que en los debates estuvo representada por Oriol Bohigas, Rafael Moneo y Federico Correa, y que bajo la dirección de Rosa Regàs (en la última fase con Fernando Vilavecchia como secretario de redacción), agrupaba en el consejo de redacción, además de los tres citados, a Lluis Doménech y Manuel de Solà-Morales, con el diseño gráfico de Enric Satué. Helio Piñón y Tomás Llorens fueron también fundadores de la revista. Arquitecturas bis, heredera de los Pequeños Congresos, se planteó con una voluntad más literaria y eclecticista que sus coetáneas, cubriendo con delicada curiosidad y hedonismo los hechos claves de aquellos años.
También se reseña Carrer de la Ciutat, liderada por Josep Quetglas y publicada entre 1977 y 1980, donde precisamente Beatriz Colomina inició su actividad como crítica de arquitectura. Carrer de la Ciutat tomaba este nombre, de resonancias urbanas, en homenaje a la dirección de la sede del PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya), situado en la calle de la ‘Ciutat’, y que había tenido como raíz el boletín de la Escuela de Arquitectura de Barcelona de dicho grupo político de izquierda.
De aquella época faltaría incluir 2C Construcción de la ciudad, que se publicó entre 1972 y 1985, y que estaba dirigida por un grupo de seguidores de Aldo Rossi, encabezados por Salvador Tarragó y Carlos Martí Arís. Y, puestos a visibilizar piezas de bibliófilo, se hubiera podido reseñar la revista Artilugi (1977-1982), fundada por tres críticas de arte: Victoria Combalía, Alícia Suarez y Mercè Vidal.
En la exposición está la más mítica, Archigram, editada entre 1961 y 1970 con pocos medios. Los ejemplares de la revista de Peter Cook, Ron Herron, Dennis Crompton y demás miembros del grupo, a pesar de que en su momento utilizaran las tecnologías gráficas más avanzadas disponibles y que publicaran proyectos tan premonitorios, hoy nos parecen números de diseño y producción muy artesanal.
Y está, como es lógico, la más trascendental, Oppositions, fundada en 1973, en el momento de transición del estructuralismo al posestructuralismo, dirigida por Peter Eisenman, Kenneth Frampton, Mario Gandelsonas, Anthony Vidler y Colin Rowe, y editada por The Institute for Architectural and Urban Studies de Nueva York. Allí confluyeron textos de miembros de la Tercera Generación (como Alison y Peter Smithson, Jerzy Soltan, Oriol Bohigas), y de autores que mantenían la confianza en el estructuralismo, o que pertenecían a sistemas de pensamiento anteriores o colaterales (como Adorno, Norberg-Schulz, Rowe, Colquhoun, Scully, Ungers, Vidler, Venturi, Moneo) con autores protagonistas de la apertura hacia interpretaciones posestructuralistas (como Derrida, Eisenman, Hejduk, Libeskind, Agrest, Gandelsonas, Tafuri, Dal Co). El objetivo de Oppositions fue el de acercar la historia y teoría de la arquitectura y de la filosofía a la crítica de arquitectura, con la intención de fundamentar unos nuevos parámetros interpretativos basados, precisamente, en la contraposición de las diversas visiones que existían en un mundo fragmentado; la revista, que se situaba a caballo de esta radical transformación del pensamiento que se estaba produciendo, dejó de publicarse en 1981.
Oppositions tuvo una especie de precedente en el little magazine Form (dirigida por Stephen Bann entre 1966 y 1969), en la que intervinieron Anthony Vidler y Philip Steadman.
Aquellas frágiles publicaciones, algunas un poco dobladas, arrugadas y descoloridas, se han convertido hoy en joyas que rememoran el esfuerzo intelectual de una generación entonces joven, hoy aún activa y con el control de la cultura arquitectónica; quizás porque después ya casi nadie —excepto casos como Assemblage editada en el MIT entre 1986 y 1990 y dirigida por Michael Hays; o Block publicada en Buenos Aires desde 1997 y encabezada por Jorge Francisco Liernur— han mantenido la ambición crítica, artística y conceptual de aquella época. O quizás esta voluntad alternativa y contracultural la representen hoy, en parte, las revistas digitales, los portales de arquitectura, las páginas web y los blogs, de muy diversas características y ambiciones, como Vitruvius, el Café de las Ciudades, el Foro Alfa, Scalae, Arquinauta, Blogsone o Ecosistema Urbano. La exposición tiene web propia, en la que pueden consultarse buena parte de sus contenidos; las conferencias pueden verse también en la del Disseny Hub Barcelona.
www.clipstampfold.com/
www.dhub-bcn.cat/