Los inicios

Lógicamente, los inicios de la preocupación por la búsqueda de una arquitectura nacional entre los arquitectos catalanes se producirán como efecto de las corrientes romanticistas y nacionalistas definidas por el pensamiento alemán, que recorrerán Europa a lo largo de los dos últimos tercios del siglo XIX. El primer foco cultural donde este movimiento se recogerá será precisamente Madrid, donde se darían los primeros pasos hacia estudios que revalorizasen las arquitecturas anteriores al largo período que iba del Renacimiento al Neoclasicismo y donde, en las clases de Historia de la Arquitectura, se empezará a plantear embrionariamente la idea de ir en busca de los estilos nacionales. Será el arquitecto catalán Elias Rogent (1821- 1897), que entre 1845 y 1848 estudia arquitectura en Madrid, quien empezará, siempre bajo la influencia de la estética alemana, a pensar embrionariamente en la idea de la búsqueda de un estilo de arquitectura nacional (1), explicitándola ya en su época de profesor y director de la recién fundada Escuela de Arquitectura de Barcelona (1875) (2). Y será un discípulo suyo, el arquitecto modernista Lluis Doménech i Montaner, quien formulará la cuestión ya abiertamente. En su artículo de 1877 «En busca d’una arquitectura nacional» (3), Doménech sigue planteando la búsqueda de una arquitectura moderna nacional en el contexto hispánico, mostrando la dificultad de encontrar un estilo único para un país con diversas historias, lenguas, leyes, costumbres y climas. Doménech, aunque plantea como tendencia la recuperación de las tradiciones del románico y el gótico y del árabe y el mudéjar (según sean zonas más al norte o más al sur de España), acaba defendiendo explícitamente una actitud ecléctica...[+]