Con el inicio de la segunda etapa de lo que desde mediados de los noventa se conoce como «el debate arquitectónico berlinés» (Berliner Architekturstreit), el significado de la fachada en sí y su presencia en el espacio urbano va adquiriendo cada vez mayor importancia. Si la primera etapa de este debate la protagonizó el modelo de la «ciudad europea» y sus presupuestos urbanísticos, la plaza, la calle y el bloque, hoy la discusión se centra en un elemento intrínsecamente arquitectónico. Mediante la recuperación de este tema clásico se intenta romper con la uniformidad y monotonía generadas por el prototipo de la denominada «nueva arquitectura berlinesa» (Neue Berlinische Architektur), pretendiendo otorgar a ésta una mayor singularidad y variedad…[+]