De todas las fotos conocidas de Jørn Utzon, destacaríamos dos. En la primera se ve al arquitecto sentado en el suelo combinando una serie de maquetas de su propuesta Espansiva. La segunda, un Utzon longevo que sostiene la ensortijada rama de un árbol en clara alegoría a la vertiente organicista de su arquitectura. Estas fotos podrían resumir el espíritu del quinto volumen que la editorial Bløndal dedica a su obra. Su título, Additive Architecture, resalta el interés de Utzon por la industrialización, la reiteración, la adaptación, o la variación. Esta actitud se ejemplifica con el Tangram chino de siete piezas que Mogens Koch crearía para su hijo. Era una muestra más de integración de otras culturas en la identidad danesa.
En la introducción del libro se aclara el concepto ‘aditivo’ y se recurre a imágenes que Asplund utilizó en su artículo de 1936 ‘Arte y tecnología’, esgrimidas por el danés Henningsen con diez años de antelación. La combinación, repetición y adición de casquetes esféricos será el embrión de la cubierta de la Ópera de Sydney, como también lo fue para el museo de Asger Jørn en 1970. Este procedimiento ya se había empleado en el estadio de Jeddah, donde se usó el ‘pliegue’, mecanismo fundamental en el repertorio de lámparas danesas de Le Klint, para formalizar graderío y cubierta mediante planos quebrados de hormigón. El libro recuerda que Utzon siempre recurre al rigor constructivo y geométrico para obtener un equilibrio similar al del Zui-Ki-Tei de Estocolmo. En su obra, el sueño expresivo recaerá en la singularidad de las cubiertas.
En la parte central se expone con detenimiento el sistema Espansiva. El precedente de este proyecto lo encontramos en su propuesta de 1953-55 para Middelboe, una agrupación de la que sólo realizó una única vivienda. Espansiva no es un proyecto, es un método basado en la prefabricación aplicado a la vivienda modular, algo que inquietaba en la misma época a arquitectos como Arne Jacobsen con los prototipos Kubeflex y Kuadraflex. El libro explica su sistematización según tres parámetros: la estructura, los cerramientos exteriores y divisiones interiores, y los elementos espaciales. Nacen tres módulos base cuya combinación ofrece infinitas posibilidades. El patio, herramienta fundamental en Utzon, enriquecerá el resultado articulando el discurso. Sus dimensiones son una combinación del Modulor y de los estudios sobre proporciones que Kaare Klint propone en 1918 y que armonizan cuerpo humano y objeto. Nace el Utzolor.
Otro apartado es el dedicado al mobiliario. Con una filosofía similar, Utzon rechaza el concepto de ‘diseño’ en aras del brugkunst danés, o sea el arte de crear un objeto para ser usado. En este sorprendente libro se alcanza el equilibrio entre las imágenes cotidianas que sirven de inspiración y los proyectos. La filosofía de Utzon se resume en la última frase de su conversación con el editor Thorsten Bløndal: «no he hecho nada más que repetir lo que hicieron los antiguos griegos: colocar una viga sobre dos columnas».
