Las respectivas obras arquitectónicas de las que se ocupan estas dos monografías tienen más cosas en común de las que a simple vista pueda parecer. La primera y más llamativa es que, a menudo, la actividad de sus autores como arquitectos se ha visto eclipsada por su trabajo como diseñadores de muebles. Tanto es así que la silla Cesca o la mesa E1027 se han hecho populares sin que en muchos casos se conozca el nombre de sus creadores.
En su actividad como arquitectos Breuer y Gray concebían la vivienda como el marco de vida cotidiana que había que modernizar y optimizar a través de la racionalización del espacio, la interrelación entre éste y el mobiliario, la disolución de los límites entre interior y exterior… evitando siempre el rigor del funcionalismo estricto. Por eso abordaban sus proyectos como bancos de prueba de modos de habitar, en los que nunca faltaban los recursos que proporcionaba la industria. También hicieron incursiones en el campo de la vivienda mínima y en el de la producción en serie.
De estas similitudes y de las diferencias también tratan estos dos libros en los que se analizan con detalle algunas de las obras más significativas de cada personaje. Al final, en un apéndice, se añade una valiosa relación completa de toda la obra arquitectónica, la construida y la proyectada. En ella, los datos básicos y el breve comentario sobre cada edificio se completan con una bibliografía específica.